La economía digital, la conectividad y las posibilidades que ofrece el trabajo remoto asomaron para amplios sectores sociales y económicos de América Latina y el Caribe como un resguardo frente a los efectos devastadores de la pandemia de COVID-19. Pero no todos tienen esa posibilidad.
El acceso a banda ancha de Internet no llega al 50% en la región, lo que se traduce en exclusión digital y menos oportunidades para muchos . Hace ya algún tiempo se habla de los "pobres digitales". En tiempos de coronavirus esto significa que millones de personas -demasiadas- no acceden a posibilidades de empleo remoto, educación y formación profesional en línea, o servicios financieros, entre otros beneficios.